4 de enero de 2011

Sueños



Todos soñamos. Incluso aquellos que juran que no sueñan, o que no recuerdan lo que sueñan: lo que sucede en verdad es que les da fiaca o vergüenza contar lo que han soñado. Y aún siendo así un acto tan común, los sueños nos vienen maravillando desde el inicio del tiempo, cuando Dios mismo los usaba para comunicarse con los profetas, santos y demás alucinados.
Muchos creen que en los sueños está la clave de grandes secretos: en ellos se dan órdenes, instrucciones, se revela el futuro, se nos muestra la cara de la persona que amaremos, se nos canta el número que saldrá a la cabeza y - se sabe - el que sueña que se muere, se muere.
Vamos a hacer entonces una especie de catálogos de sueños maravillosos, o que al menos han generado una historia curiosa. Soñemos:

El Sueño de Coleridge y el Palacio del Khan
Una siesta, el poeta Samuel Coleridge se durmió (algunos dicen que inducido por el opio) y soñó con un poema. El poema hablaba de un palacio veraniego que el emperador mongol Khubilai Khan había construido a la orilla de un río sagrado. Al despertar, Coleridge se puso a escribir el poema soñado, y cuando llevaba cincuenta y cuatro líneas, un visitante de Porlock le tocó el timbre, interrumpiendo la escritura del poema. Coleridge mismo diría después que en el sueño el poema completo tenía entre doscientas y trescientas líneas, que se perdieron gracias a este visitante inoportuno (como lo son casi todos los visitantes).
Incompleto y todo, hay quienes dicen que Kubla Khan  no sólo es uno de los mejores poemas de Coleridge, si no que además es uno de los mejores poemas de la literatura inglesa.
Años después de la muerte de Coleridge un documento mostró que tal palacio (algunos dicen que es Xanadu) existía, y que fue construido por orden del Khan, quien había recibido los planos del palacio en un sueño.


Y ya que estamos: también dicen que el Khubilai Khan planeaba sus estrategias de guerra basándose en sus sueños.


El Sueño Inoportuno
Durante la primera guerra mundial un soldado alemán que dormía en una trinchera soñó un sueño en el que tenía la boca llena de mierda*; se despertó sobresaltado y salió corriendo. Unos segundos después una bomba cayó en el mismo lugar donde el soldado había estado durmiendo. Ese sueño - influido vaya uno a saber por quién - le salvó la vida al soldado, que no era otro que Adolf Hitler.

* El cronista de la fuente dice piadosamente "la boca llena de inmundicia".


El Sueño del Dante
El viejo Alighieri dijo varias veces que para escribir su Divina Comedia se basó en un sueño que tuvo un viernes santo (por lo tanto el sueño fue otra llamada del Señor, sacándose así el Dante la responsabilidad de un par de medias revoleadas en la Comedia, viejo astuto). Pero esto no es lo curioso, si no que cuando el Dante murió, parte del manuscrito de la Comedia se había extraviado, y esa parte perdida fue encontrada por el hijo de Dante, luego de un sueño en el que su padre muerto le indicaba dónde buscarla.


El Sueño Reflejado
El Libro de las Mil Noches y Una Noche - pero Alá es más sabio - nos cuenta la historia de un hombre que soñó con un tesoro que estaba en la lejana ciudad de Damasco. Al principio no le prestó atención, pero el sueño se repitió con insistencia y el hombre decidió por fin iniciar el viaje para buscar ese tesoro.
En Damasco el hombre tuvo muchas dificultades: la peor de todas fue ser confundido entre un grupo de ladrones, apresado y apaleado. Cuando el hombre tuvo la oportunidad de aclarar el malentendido y contarle al jefe de los guardias por qué estaba en Damasco, el jefe se echó a reir, lo llamó estúpido y le contó que él mismo había soñado con un tesoro que estaba enterrado en un patio, debajo de una fuente que estaba junto a una higuera, pero que él no era tan idiota como para hacerle caso a un sueño. Dicho esto, liberó al hombre, quien se apresuró a volver a su casa, a su patio en donde había una fuente junto a una higuera y debajo de la cual lo esperaba, enterrado, un inmenso tesoro.


Hay varios sueños más que por vagancia de un amigo de todos ustedes dejaremos para otra ocasión: McCartney dice haber soñado con la melodía de Yesterday, y Lennon, para no ser menos, dijo lo mismo de Imagine; Edvard Munch soñó que sus amigos lo dejaban solo en un puente y al despertar se pintó El GritoMarilyn Monroe soñó muchas veces, antes de ser famosa, que al entrar en una iglesia todos se daban vuelta y la adoraban; María Antonieta y Abraham Lincoln soñaron su propia muerte pocos dias antes de ser asesinados; el emperador Constantino soñó con la cruz y un mensaje: "por este signo", se hizo cristiano y cambió la historia de la humanidad.


Luego de leer y recopilar estas historias, impresionado (sobre todo por la de Coleridge y su poema del Khan), me fui a dormir con la esperanza de recibir también un sueño revelador. En medio de la noche soñé con unas palabras, unos versos o una sentencia misteriosa; me desperté y en la fiebre de la madrugada escribí las palabras que había soñado en un cuaderno que había tenido la precaución de dejar a mano, y me volví a dormir, rendido.
A la mañana siguiente leí lo que había escrito en aquel cuaderno: era una estupidez sin sentido.





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