21 de mayo de 2013

Así, rapidito

Después del fin de semana, como una riestra de chorizos, el juicio y sentencia son instantáneos:



Escondidos en Brujas
Título original: In Bruges
Director: Martin McDonagh
Con: Colin Farrel, Brendan Gleeson y Ralph "Pariente Ingles" Fiennes.
De Qué Se Trata: Dos asesinos a sueldo, luego de un trabajo que salió muy mal, se esconden en la pequeña y pintoresca ciudad belga de Brujas, donde todo todo todo se enquilomba mal. Final apocalíptico y universal para el que lo sepa entender.
Mensaje: La vida, la muerte, el bien, el mal, la consciencia y los castigos.
Sentencia: buenísima e imperdible
Ojo: No es comedia, la tapa engaña.




Antes De Que El Diablo Sepa Que Has Muerto
Título original: Before The Devil Knows You´re Dead
Director: Sidney Lumet
Con: Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, Albert Finney y Marisa Tomei en tetas a cada rato.
De Qué Se Trata: Dos hermanos andan cortos de plata y se les ocurre afanar una joyería: la de sus propios padres.
Mensaje: Los malos son boludos o putos drogadictos.
Sentencia: Un asco, violenta y angustiante al pedo.
Ojo: No se dejen engañar por el título y los actores.

MacGruber
Título original: MacGruber
Director: Jorma Taccone
Con: Will Forte, Kristen Wiig, Ryan Philippe y Val Kilmer hecho un lechonazo.
De Qué Se Trata: Un super agente secreto le hace burla a McGyver todo el tiempo (y ya McGyver era malo, eh)  con una rubia, un novato y un malo gordo y feo.
Mensaje: Los buenos actores de SNL son mejores cuando están cagados de hambre y la tiene que transpirar.
Sentencia: Bléh, tiene sus momentos graciosos (la escena del apio es para recagarse de risa), pero hay que fumarse 87 minutos más de pelotudeces. Vealán si quieren, pero yo no pongo las manos en el fuego. Ni en agua tibia.
Ojo: No la pueden ver los pibes.



13 de mayo de 2013

Cinco Lugares y Epocas



Si tuviéramos una máquina que nos llevara al lugar y al tiempo que uno quisiera, ¿cuáles serían los cinco lugares y momentos elegidos?

Aquí nos dicen que:


  1. El pueblo de Zlonice, por 1857, cuando el joven Antonin Dvorak sobornaba al cuidador de la iglesia del pueblo para que lo dejara entrar a la noche a tocar el órgano. Estar presente en aquella noche en que el pueblo entero lo sacó de la iglesia a patadas.
  2. La calle 53 de New York entre 1943 y 1947, para ver el nacimiento del bebop, con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonius Monk y Bud Powell.
  3. Hamburgo entre 1960 y 1962, para recorrer los boliches y ver a los primitivos Beatles (con Pete Best en vez de Ringo Starr, pero bueh).
  4. Londres en 1966 y 1969, para hamacrse todo el Swinging London, ver a los Stones, a los Who, a los Kinks, a los Small Faces, y ser testigo del nacimiento de la minifalda.
  5. Londres de nuevo, entre 1979 y 1982, ver la evolución de los Pistols a The Clash, ver a los Specials, los Selecters y los Police fumándose la influencia de los inmigrantes jamaiquinos.
Si, si: todo musical es el asunto.

7 de mayo de 2013

El Error: Epílogo y Duda.


Finalizando el siglo XV, el dictador y fiestero Piero de Médici tenía la costumbre de celebrar casi todas las noches un juego particular: Se encerraba en un salón con varias chicas, se vendaba los ojos y las perseguía hasta atrapar una - la atrapada dormía esa noche con él. Cuando se sacaba la venda, Piero  hacía aparatosos gestos de aprobación o disgusto, dependiendo de la mayor o menor belleza de la muchacha elegida: una muestra de enorme grosería.
Pero más allá de la grosería (y locura y crueldad) de Piero de Médici, cabe preguntarse por qué incluia en el juego chicas feas, si tanto le molestaba encontrárselas.

En 1494 el ejército de Carlos VIII de Francia invadió Italia y Piero de Médici fue derrocado y exiliado, pero nunca dejó de jugar su juego. En su vejez, dicen que ya ni siquiera se vendaba los ojos para atrapar muchachas... pero se seguía equivocando.



30 de abril de 2013

El Error




Si uno se vistiera de poeta, o pretendiera responder a un espíritu artístico, diría que los errores son como el fuego o como el dios Loki: en su naturaleza son destructivos, pero bien aplicados son recursos muy poderosos. En el caso del error, lo primero que podemos decir es que es la puerta para una oportunidad de mejora, y qué sentido tiene la vida si uno no busca mejorarse todo el tiempo.

Veamos un par de ejemplos de errores antológicos, errores de emperadores, de dioses y de genios:

Apenas finalizada la creación el mundo, Dios se disponía a descansar cuando se dió cuenta de que había cometido un error: se había olvidado de poner arena en el mundo. También se dió cuenta de que la arena sería muy útil para las playas, para las construcciones y para medir el tiempo, por lo que llamó al arcángel Gabriel, le dio una bolsa anorme de arena y le encargó que la desparramara por el mundo.
El Diablo, que siempre está atento a sacar provecho este tipo de situaciones, siguió en secreto a Gabriel y, sin que se diera cuenta, agujereó la bolsa en la que llevaba la arena. Esto sucedió mientras el arcángel pasaba por lo que es hoy Arabia, y por eso nueve décimas partes de aquel país quedó tapado de arena.
Habiendo notado este desastre, Dios resolvió compensar a los árabes dándoles un cielo estrellado y la habilidad de moldear la palabra así como otros pueblos moldean el metal. Dice el proverbio: Los errores de Dios, como los de los grandes artistas, y los verdaderos enamorados, desencadenan tantas reparaciones felices que cabe desearlos.


Todos reconocemos la genialidad de Leonardo Da Vinci en sus obras artísticas y científicas, hasta se festejó (de manera un poco torpe) su habilidad para crear códigos, símbolos y acertijos. Pero lo que pocos saben es que el viejo Leonardo quería, más que nada en el mundo, ser cocinero (ahora que estamos solos: fue Da Vinci quien inventó el uso de la servilleta y el tenedor tal como se los conoce hoy).
Su protector, Ludovico Sforza, lo dejaba hacer y deshacer en la cocina lo que quisiera, y hasta le regaló un casteleto para que abriera una taberna, cocinara para el público y lo dejara un poco en paz, ya que estaba.
Sucedió que para uno de los cumpleaños de Ludovico, Leonardo quiso agasajarlo con gran pompa culinaria y no se le ocurrió mejor idea que hacer una torta tan grande que se pudiera hacer la fiesta adentro. Es decir: mandó a hacer unos ladrillos de bizcocho y confituras, y construyó con estos ladrillos una especie de salón de fiestas, para que a la hora de comer la torta la gente no tuviera más que emprenderla a mordiscones con las paredes.
Lo que Leonardo no calculó es que tanto dulce junto era un imán para los bichos, y asi sucedió: en el medio de la fiesta la gente tuvo que salir rajando espantada por un ejército de ratas, pájaros y demás batracios que invadieron el salón-torta.
Este desastre y varios otros hicieron que Ludovico alentara a Leonardo a dejar la cocina, y a dedicarse más a la ciencia y a las artes.



En Bohemia, en el año 1809, los tres hombres más poderosos de Europa: Napoleón Boanaparte, el Zar Alejandro y el Emperador de Austria Francisco II , se juntaron en una expedición de cacería. En cierto momento de la tarde los tres líderes se separaron del resto y decidieron parar a descansar en una casa que encontraron en el medio del bosque. El dueño de la casa, un leñador que ha quedado anónimo, los recibió y los atendió con cortesía; pero cuando preguntó quiénes eran los señores y recibió como respuesta semejantes nombres y títulos, le pareció que le estaban tomando el pelo. No les creyó, pero no dijo nada.
Al rato alguien golpeó la puerta: era un vecino y amigo del leñador. Al hacerlo pasar, el leñador les indicó a los tres reyes que debían reverenciar al recién llegado, ya que era el mismísimo Emperador de la China. Napoleón Bonaparte, Alejandro Romanoff y Francisco Segundo entendieron lo que pasaba y en vez de empezar a los gritos y a las patadas, le siguieron la corriente al leñador y saludaron con grandes reverencias al recién llegado vecino.
Unos minutos después volvieron a golpear la puerta. Esta vez el leñador se encontró con la crema de la guardia imperial que buscaban a los señores emperadores de Francia, de Rusia y de Austria. El leñador comprendió que había cometido un gran error y se tiró al piso entre llantos y pidiendo perdón, pero los tres muchachos más cogotudos de Europa se rieron, agradecieron la hospitalidad y se las tomaron lo más piola.



Ustedes me dirán que estos errores son encantadores porque se trata de Dios, de Da Vinci y de unos Emperadores, y que los errores de los simples mortales son molestos y contraproducentes, cuando no aburridos. Y tienen razón. Pero siendo yo mismo un error de mis padres (querían un niñito rubio y adorable), no puedo menos que defender las naturalezas erróneas y ponerme del lado de los equivocados. 

Que ustedes hayan llegado hasta aquí también se debe a un error y no puedo menos que agradecerlo.

Nasnoches.

5 de abril de 2013

La Verdad, la Percepción y la Mentira


Allá por mil quinientos años antes del advenimiendo del Cristo los brahamanes védicos se dieron cuenta de que lo que se ve con los ojos es mentira y que es necesaria la apertura de un tercer ojo para percibir las cosas como son. Este tercer ojo, esta percepción aumentada, estaba ayudada por el uso de soma, un potente té alucinógeno que era considerado un dios en sí mismo - muchas creencias más o menos piolas usaron las drogas como medio de comunicación con los dioses, incluso el Cristo recomendaba el tinto como su propia sangre.
Muchos años más tarde el genial Aldous Huxley nos decía que si abriésemos las puertas de la percepción veríamos todo como realmente es: infinito. Después el gilastrún de Jim Morrison usó este pensamiento como excusa para drogarse y para ponerle nombre a su banda.


Pero volvamos: la idea de que no tenemos una percepción precisa de la realidad no es para nada nueva; de hecho, es una de las ideas más viejas que hay. Sabemos que lo que vemos, por ejemplo, no es del todo verdad: el horizonte no es plano, los colores son sólo frecuencias de onda, algunas de las estrellas que aún vemos a lo mejor ya no existen.
¿Cómo saber, entonces qué es verdadero? Algunos, en esa búsqueda, llegaron al extremo de dar todo por falso o arrancarse los ojos para no perturbar la inteligencia con falsedades. A lo mejor lo que haya que buscar es otra pregunta: ¿de qué nos sirve saber cuál es la verdad?, o mejor: ¿es posible conocer la verdadera naturaleza de las cosas?
Empecemos diciendo que lo que llamamos vulgarmente verdad es una serie de convenciones que usamos para sentirnos cómodos, pero la verdad última, la inconcebible realidad, parece estar detrás de un umbral que no podemos atravesar y al que sólo nos podemos ir acercando infinitamente pero sin llegar, como la flecha del viejo Zenon de Elea.


De aquel brahamanismo védico surgieron dos grandes religiones, una de ellas es el budismo y es la que nos dice que el camino a la verdad no es uno, si no varios y que aquella verdad a la que queremos llegar está
dentro de uno. Es decir que no es necesario arrancarse los ojos, si no mirar pa´dentro.
Esta idea está muy bien y es la que más me gusta.

Ojo, no es cuestión ahora de usar la idea de que nada es completamente verdadero como excusa y mentir descaradamente: sepamos que esas convenciones de las que hablamos antes son muy útiles, permiten la vida en zoociedad y ayudan a mantener cierta justicia. Sepamos también que mentir con el fin de obtener ventajas sobre otros es cosa de canallas.

Hay que usar la falsedad bellamente, y para eso, me parece, está el arte.

Buenas noches.

18 de marzo de 2013

La Trilogía Millenium




Sin mucha alharaca: por esa desconfianza que genera el éxito comercial de algunas expresiones artísticas (especialmente en la música y la literatura), había creído que la trilogía Millenium era un moco de fantasía adolescente e hice fuerza por no enterarme siquiera de qué se trataba.
Pero terminé cediendo ante la insistencia de la tapa de la película en el video club y ahí reparé en que había una versión americana de unas películas originales suecas basadas en sus correspondientes libros.

Entonces recordé el caso parecido de Criaturas Nocturnas (En el sueco original: Låt den rätte komma in, es decir: Deja Entrar al Correcto) del amigo Lindqvist, una excelente novela y película sueca que fue versionada por Holliwood.



La cosa es que manotié la versión americana encomendándome a San Daniel Craig y me sorprendí: más allá del chicle estadounidense, la historia no tiene nada de adolescente y en vez de la fantasía emo-gótica que me había imaginado me encontré con un policial pulenta, bien oscuro y bien mezclado. Para que no se mareen como este gaucho, hago un breve cuadro sinóptico de las versiones:

Hay tres novelas escritas por el desgraciado Stieg Larson, o una novela en tres grandes partes, que son: 
  1. Män som hatar kvinnor (Los Hombres Que No Amaban a Las Mujeres)
  2. Flickan som lekte med elden (La Chica Que Jugaba Con Fuego)
  3. Luftslottet som sprängdes (El Castillo de Aire Que Estalló)

Ahi nomás en el 2009 se hicieron las tres películas suecas, dirigidas por Niels Arden Oplev (la primera) y Daniel Alfredson (las otras dos).
    En el 2011 se hizo la versión americana de la primer película, cuyo título fue torpemente traducido en inglés como The Girl With The Dragon Tattoo (La Chica Con El Tatuaje de Dragón*). Esta película está dirigida por David Finchner, quien supo brillar con Seven y Fight Club, pero quien también supo patinar con otras películas.



    Yo vi esta versión americana, me sorprendí e inmediatamente corrí a videoclub a buscar la segunda y tercera películas suecas (todavía no se hacen las americanas), las que fueron casi deglutidas en serie entre ayer a la tarde y esta madrugada.
    Pasa lo mismo de siempre: si bien la versión americana no está mal y se nota que tiene una mayor producción, las versiones originales suecas son bastante mejores en historia y actuación (muy bien Noomi Rapace, que ya fue catapultada a Holliwood y la vimos protagonizando Prometheus).



    Recomendación: vean las versiones suecas y si quieren, la americana, en esa orden de prioridad. Son, como se dijo al principio, policiales oscuros e intrincados que giran en torno (ojo aqui las almas sensibles) al abuso infantil y los trastornos psiquiátricos. No la vean con pibes. Otro ojo: son películas larguitas, andan alrededor de las dos horas y media, que se pasan como un suspiro y ahí te das cuenta que son casi las dos de la mañana y dejaste a los pibes sin cenar.

    *Sobre los títulos: los originales en sueco (que tienen mucho que ver con la trama de una manera oblicua y casi poética) han sufrido unas traducciones espantosas y torpes, tanto al inglés como al castellano, y por eso nos vamos a topar con títulos como: La Chica Que Soñaba Con Un Fósforo y Un Bidón de Gasolina, y La Reina Del Castillo de Las Corrientes de Aire, que contribuyeron a mi primer y errónea idea del contenido de las novelas.

    The Banshees of Inisherin

    Recién sacadita del  horno, esta flor de película es un deleite de profundidad y emoción en medio de tanto rayo láser, músculo en lycra bril...