Es una película de terror, o mejor dicho: de fantasmas, al viejo y querido estilo en que uno se asustaba cuando pibe. Está dirigida por el novato James Watkins (es su segunda película. La primera se llama Eden Lake y no la vi) sobre una novela de Susan Hill y protagonizada por el ahora adulto Daniel Radcliffe, acompañado por Ciarán Hinds, Janet McTeer y unos cuantos actores ingleses no muy conocidos por este cabeza de hueso.
De Qué Va
Arthur Kipps es un joven viudo que quedó solo con su hijito Joseph de cuatro años. Arthur es también abogado y parece que no le va muy bien en su trabajo. Su malvado jefe le da una última oportunidad y lo manda a revisar los papeles de una vieja casa en sucesión, la que está convenientemente lejos y llena de fantasmas...
Vean si les miento:
Como En Un Buen Guiso
Los ingredientes son clásicos y están bien combinados: Hay niños en peligro, desde el pequeño Joseph con su mamá muerta y su papá que debe irse a trabajar lejos, hasta los niños de la remota aldea de Cryphin Gifford, en donde sucede todo. Está la vieja y tenebrosa casa abandonada... en medio de un pantano, cuyo camino de acceso queda tapado de noche por la marea, es decir: si te te hizo de noche, te quedás a dormir; Hay una espantosa dama de negro que cuando aparece se lleva a los niños; Hay referencias clásicas a antiguas películas de terror (cuando lo mandan al joven abogado Arthur a revisar los papeles de la casa uno piensa inmediatamente en el joven Jonathan Harker), hay esos espantosos juguetes de principios de siglo pasado: monitos a cuerda, muñecas de porcelana... todo apunta a las cosas que nos asustaban de pibes, a los primeros terrores: hay algo en la oscuridad que nos viene a buscar. Uno no deja de sentirse de nuevo con ocho años mirando fijamente el pasillo, o la puerta del ropero que quedó abierta, esas bocas negras de las que puede salir cualquier cosa.
Por otra parte, no existe en la película la figura del viejo científico que nos explica las razones de los fenómenos. Apenas un tal Sr. Daily que al principio no cree, pero después... ¡hay fantasmasde verdad, loco, no son sábanas, salgamos rajando!
En definitiva, queridos amiguitos, si ustedes son de esos masoquistas de los que difrutan cagándose en las patas con una buena película de terror, si aún en sus cuarentas ven el pasillo a oscuras y por dentro dicen uuhhh, la puta madree... mientras buscan a los manotazos la perilla de la luz, si les gustó Los Otros, esta película es para ustedes.
También es recomendable esta película si en la casa hay pibes de alrededor de doce-quince años, para regalarles unas cuantas noches de espantoso - pero enriquecedor - insomnio. No hay imaginación más florida que la de un pre-adolescente asustado (más chicos no, no sean sádicos).
¡Que duerman bien!